50 años de un clásico: "Una mujer bajo la influencia" de John Cassavetes
Por: Aillen Fuenzalida

La obra maestra absoluta de Cassavetes: De una dureza emocional sin parangón, ello producto de una serie de factores que confluyen: el realismo del drama intrafamiliar, la contrariedad emocional que aqueja a los personajes y la dirección que dilata notoriamente las escenas para mayor angustia del espectador.
Con seis largometrajes a sus espaldas y siendo ya uno de los grandes referentes del panorama cinematográfico independiente de los años sesenta y setenta del siglo pasado, hace 50 años John Cassavetes lograba una de las proezas de su carrera: conseguir sacar adelante la que se convertiría en clásico absoluto del cine, 'Una mujer bajo la influencia'.
Para la financiación de la cinta, Cassavetes tuvo que ingeniárselas e ir probando llamando a diferentes puertas, ya que cuando intentó recaudar fondos para el proyecto, le dijeron: "A nadie le interesa ver a una mujer loca de mediana edad".
El filme es al fin y al cabo analógico en lo que se refiere al desgaste de las relaciones familiares, y la ansiedad que ello conlleva. Por el lado de la madre (Gena Rowlands), la necesidad de salir de la rutina y mostrarse amable con los demás sin perder su esencia, y por el lado del padre -del hombre- (Peter Falk) la necesidad de intentar controlar todo lo que esté a su alcance, inclusive el actuar de su esposa.
La pareja protagónica está maravillosa, sobre todo Rowlands que concreta la que es, para muchos, la mejor actuación femenina de la historia. Su rol está lleno de matices, sutilezas y profundidad.
Pese a ser una película hecha al margen de la industria, acabaría teniendo una potencia cinematográfica única. Superado este momento y con la crítica especializada a su favor, llegaron las pertinentes nominaciones a los Globos de Oro y a los premios Oscar.
En los primeros, Gena Rowlands conseguía el premio por su interpretación, en los segundos, Cassavetes consiguió su primera y única nominación al Oscar al Mejor Director, galardón con el que nunca sería reconocido.