LIT Killah en el Teatro Coliseo: un show íntimo, explosivo y con sabor local

✍️Maritza Cubillo
Tras una larga espera y una reprogramación que solo aumentó la ansiedad de sus seguidores, LIT Killah finalmente se reencontró con el público chileno en un Teatro Coliseo que, aunque no llegó a llenarse del todo, se convirtió en una fiesta urbana llena de energía, cercanía y emoción. Fue una noche donde la música, la nostalgia y la conexión con sus fans definieron una presentación que, más que un espectáculo, se sintió como una conversación directa con su audiencia.
Un inicio tranquilo... hasta que todo explotó
A las 20:37, el ingreso al recinto era tranquilo, incluso silencioso para lo que se espera en un show de esta magnitud. Jóvenes —en su mayoría entre 14 y 27 años— llegaban acompañados de padres o amigos, en un ambiente relajado, casi familiar. Sin embargo, al interior del teatro, el aire comenzó a cargarse con una energía distinta cuando el DJ empezó a lanzar temas de Pablito Chill-E, Jordan 23 y Bad Bunny. El público, esperanzado, comenzó a corear "¡Paaablo! ¡Paaablo!", esperando una aparición sorpresa que nunca ocurrió. La ansiedad crecía, y a las 21:20, con el show aún sin comenzar, la impaciencia se notaba entre los asistentes... hasta que las luces se apagaron.
El universo de Kustom cobra vida
Con una pantalla que mostraba el título del tour y su más reciente álbum, Kustom, LIT Killah irrumpió en el escenario a las 21:21 con una entrada contundente. A pesar de los espacios vacíos, especialmente en el sector cancha, la intensidad del público compensó cualquier carencia de aforo. La propuesta escénica fue sencilla, pero efectiva: visuales bien sincronizados, una iluminación vibrante y un enfoque total en la figura del artista.
Con canciones como "LuXxX", el espectáculo cobró fuerza. Las luces láser y proyecciones acompañaron el beat con precisión, sumergiendo al público en el universo musical de Mauro. Era evidente: el show estaba diseñado para sumergirse en su discografía y revivir su evolución.
Un artista que no olvida a su gente
Uno de los sellos de la noche fue la cercanía con sus fans. Durante una pausa entre canciones, LIT Killah se dirigió al público con cariño y gratitud: "Hace mucho no venía a Chile, pero siempre me hacen sentir como en casa". Lejos del estrellato distante, Mauro se mostró accesible, leyó carteles, respondió saludos y hasta firmó la camiseta de un fan.
El momento más emotivo vino cuando un asistente, a través de un cartel, le pidió subir al escenario a cantar "Entre Nosotros". LIT aceptó la propuesta con una sonrisa y prometió que lo llamaría al final del show. Promesa cumplida, pero eso vendría más adelante.
Hits, freestyle y mosh: un show de extremos
La segunda mitad del concierto mantuvo la energía al máximo con un "triplete" que remeció al teatro: "Apaga el Celular", "Si te Vas" y "Bufón" —tres de sus primeros éxitos— desataron saltos, coros ensordecedores y hasta un pequeño mosh pit en la cancha. Fue el tramo más eufórico de la noche, donde la nostalgia y la potencia se combinaron a la perfección.
Pero LIT Killah no olvida sus raíces, y en una jugada espontánea, ofreció dos caminos: seguir con el repertorio o improvisar un freestyle. El público no dudó. Sobre una base potente, Mauro rapeó con soltura, recordando sus inicios en el mundo del free, con manos en alto y ovaciones por cada línea.
Chile también suena en sus canciones
LIT aprovechó el momento para estrenar en vivo "A200 Remix", anunciando que nunca antes la había cantado en público. "Qué mejor lugar que Chile", dijo, reconociendo la fuerte conexión que tiene con el país. Luego interpretó "BAD BOY Remix", otra colaboración con la escena nacional, demostrando su respeto y cercanía con los artistas chilenos, aunque esta vez no hubo invitados.
Un cierre de película
A las 22:27, con más de una hora de show encima, llegó el momento más esperado por muchos: Benjamín, el fan que había pedido cantar con él, fue invitado a subir al escenario. Nervioso pero decidido, tomó el micrófono y cantó junto a LIT Killah la parte de Tiago PZK en "Entre Nosotros". El teatro entero lo apoyó. Fue un momento genuino, de esos que pocas veces se ven, donde el fan deja de ser espectador y se vuelve parte del show.
El cierre vino con "Neón", una pieza que mezcla R&B, electrónica y toques de dubstep, dejando al público en un estado de euforia elegante. Antes de despedirse, Mauro se tomó una selfie con el público y dejó clara su intención: "Espero volver el próximo año". Y si el cariño recibido es una medida, no cabe duda de que el regreso será inevitable.
